En la plaza de esta localidad segoviana se encuentra el típico bar de pueblo centro de la vida social de los parroquianos que apostados ante una barra de las de toda la vida, de impoluto acero inoxidable,dan buena cuenta de la actualidad entre vinos, cervezas y pinchos. Hasta aquí todo normal. Su despacho de tabaco, sus mesas de partidas, en fin, lo típico de todo bar de pueblo, sin embargo el Bar Yague NO es un típico bar de pueblo.
Lo que primero que lo delata se descubre si uno se fija en la cartelería de copistería que luce tras la barra. Lo que suponía una lista de pinchos y raciones, es en realidad una lista de vinos, clasificados por Denominaciones De Origen, por jóvenes o crianzas, por botellas y ¡POR COPAS! Así se lo contamos: en el Bar Yague se puede tomar en su típica barra de bar de pueblo un Pago de Santacruz, un Hacienda Monasterio y otras joyas seleccionadas que en toda la capital no encuentras quien te abra la botella para chatear.
La “culpa” de esta bondad y esmerada selección la tiene Santos, propietario mesonero y alma del bar junto a su mujer Casilda, jefa y “culpable” de los fogones. El matrimonio es perfecto gastronómicamente hablando.
Santos es un amante y gran conocedor de los vinos, de los viñedos y de los bodegueros de manera que es perfecto trasmisor de su conocimiento y selecciona los vinos para maridar. De espíritu inquieto, nariz y pico finos, también maneja con destreza los aoves en todas sus variedades y zonas de producción, dejad que os cuente y degustadlos con el tradicional pan de pueblo.
La cocina de Casilda es sencilla, sin florituras ni estridencias innecesarias cuando la materia prima es suprema. No podéis perderos los escabeches de lo que sea: mejillones, palometa, caza¡los borda! se nota en estos platos también la mano de Santos con su selección de aceites y vinagres muy aromáticos pero con el punto de acidez muy sutil. Tampoco desestiméis cualquier revuelto de temporada, los huevos son de corral de los de verdad y las verduras y setas que utiliza son siempre de la zona, perrechicos, perifollos, setas de cardo, trigueros… nos gustan todos.
Pasmos a los segundos. Si sois previsores y organizados reservad para encargar un parro asado. El parro, es un ato silvestre al que le han cortado las puntas de las alas para que no vuele, de este modo se asienta en charcas y riberas de los ríos donde nidifica y vive apaciblemente. Su consumo es ancestral y típico de esta zona aunque ya quedan poco sitios donde poder degustarlos. Lo que a simple vista puede parecer un asado tosco y seco se convierte en sabroso bocado al paladar. La carne es tan tierna y jugosa que no le hace falta ninguna guarnición, con una botella de vino que te ofrezca Santos tienes la armonía perfecta.
Como no hay carta, si no te atreves con el parro, déjate querer con cualquier guiso de Casilda todos hechos al chup-chup, como antes, de manera que si tu abuela cocinaba bien te vas a acordar mucho de ella, tanto con los guisos como con el pollo de corral en pepitoria y otras recetas que borda.
Si os ha quedado sitio para el postre, y deberíais haberlo previsto, el matrimonio gastronómico perfecto vuelve a triunfar. Los yogures y cuajada de Armuña(elaborados con leche de oveja de raza castellana) se adornan con las mermeladas caseras de mora, calabaza, manzana, etc. todas exquisitas, aunque también puedes decantarte por unas peras al vino, que siendo como es Santos un devoto de Baco, seguro no se hacen con vino malo (damos fe de ello, que las hemos probado).
Hasta aquí nuestras recomendaciones gastronómicas de esta pequeña joya oculta. La última sugerencia que os hacemos es que vayáis con reserva hecha ya que como bar que es dispone de un pequeño comedor siempre lleno. Os dejamos aquí su contacto. Esperamos que los disfrutéis.
BAR YAGUE. Pl. Mayor, 13, 40430 Bernardos, Segovia. Teléfono: 921 56 61 08
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